La Procuraduría General de la Nación advirtió sobre el grave panorama de desnutrición infantil en el país, tras revelar que 149 niños y niñas menores de cinco años han muerto por esta causa en lo que va de 2024. Las cifras, basadas en los datos del Instituto Nacional de Salud (INS), evidencian un problema persistente que afecta principalmente a regiones como La Guajira, Chocó y Antioquia, que registraron 31, 28 y 14 muertes, respectivamente.

En la semana epidemiológica 44, el INS reportó 149 casos confirmados de muertes por desnutrición, mientras que 278 aún están bajo análisis para determinar la causa. Además, se notificaron 21.867 casos de morbilidad asociados a desnutrición, lo que representa un aumento del 7,19 % respecto a los 20.401 casos registrados en 2023.

La Guajira lidera la lista de regiones con mayores casos de morbilidad (2.483), seguida por Bogotá (2.757), Antioquia (2.468), Cundinamarca (1.273) y Chocó (988). Estas cifras destacan una situación crítica en departamentos históricamente afectados por la pobreza y la falta de acceso a servicios básicos.

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El ente de control hizo énfasis en el caso reciente de una niña de aproximadamente 2 años que falleció en una clínica de Manizales, presuntamente a causa de desnutrición. La Procuraduría solicitó al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) un informe detallado sobre las condiciones de salud y bienestar de la menor antes de su muerte.

Según el reporte, la niña había sido trasladada a un centro asistencial con un cuadro crítico de salud, pero los esfuerzos médicos para salvarla resultaron infructuosos. Este caso se suma a una lista alarmante de víctimas de la desnutrición en el país, reflejando una problemática que va más allá de las regiones usualmente afectadas.

La Procuraduría instó a las autoridades locales y nacionales a intensificar los esfuerzos para garantizar el derecho a la alimentación y la salud de los menores, enfatizando la necesidad de políticas públicas efectivas y sostenibles para enfrentar esta crisis humanitaria.

El ente de control destacó que la desnutrición es una manifestación extrema de desigualdad social, y su impacto en la infancia representa no solo una tragedia individual, sino una pérdida irrecuperable para la sociedad.

Expertos y organizaciones sociales han reiterado la importancia de fortalecer la atención primaria en salud, garantizar el acceso a alimentos nutritivos y desarrollar programas integrales en las comunidades más afectadas. La situación requiere una respuesta inmediata y coordinada entre el Gobierno, organismos internacionales y la sociedad civil para evitar que más niños sigan muriendo por causas prevenibles.