La Fiscalía General de la Nación, en el marco de su estrategia para combatir el narcotráfico y la corrupción, identificó un total de 101 bienes vinculados al patrimonio ilícito de Pedro Pablo Guzmán Usma, conocido en el mundo criminal como alias ‘Pelomono’, uno de los principales cabecillas del ‘Clan del Golfo’. Este individuo estaría encargado de cobrar a otras organizaciones criminales por el paso de toneladas de cocaína a través del Golfo de Urabá, en el Caribe colombiano, con destino a varios países, incluidos Estados Unidos y naciones centroamericanas.

En un trabajo conjunto con la Policía Nacional, fiscales de la Dirección Especializada de Extinción del Derecho de Dominio lograron evidenciar que los bienes pertenecientes a alias ‘Pelomono’ fueron puestos a nombre de familiares y personas de confianza, con la clara intención de ocultar su origen ilícito y eludir el control estatal. Las propiedades, que superan los 2.300 millones de pesos, fueron objeto de medidas cautelares, incluyendo embargo, secuestro, y toma de posesión.

Los bienes incautados incluyen una variedad de propiedades, como 7 inmuebles urbanos, 27 vehículos, 66 semovientes y un establecimiento de comercio. Las diligencias de toma de posesión se realizaron en las ciudades de Apartadó y Turbo, en el departamento de Antioquia, donde las autoridades procedieron a materializar las medidas cautelares. Estas acciones son parte de los esfuerzos continuos de la Fiscalía para desarticular las estructuras financieras de los grupos armados ilegales y sus aliados.

Alias ‘Pelomono’ fue capturado en enero de este año en respuesta a una solicitud de extradición presentada por la justicia de Estados Unidos, que lo acusa de delitos relacionados con narcotráfico. Además de su relación con el narcotráfico, se ha confirmado que Guzmán Usma es cuñado de alias ‘Chiquito Malo’, otro de los cabecillas del ‘Clan del Golfo’, una de las organizaciones criminales más poderosas y temidas de Colombia. La estructura encabezada por ‘Pelomono’ está involucrada en el envío masivo de clorhidrato de cocaína por las costas del Caribe colombiano, operando con una red que conecta el narcotráfico local con mercados internacionales.

Esta operación subraya el compromiso de las autoridades colombianas en la lucha contra el crimen organizado, al atacar no solo a los actores directos de la violencia y el narcotráfico, sino también a sus bienes y recursos, que son utilizados para fortalecer y perpetuar sus actividades ilegales.