El secretario general del grupo chií libanés Hizbulá, Naim Qasem, reconoció este jueves que su organización ha resultado "gravemente herida" tras más de un año de enfrentamientos con Israel, intensificados desde finales de septiembre. Sin embargo, aseguró que el grupo está en proceso de recuperación.

"La Resistencia resultó gravemente herida, pero poco a poco se está recuperando. Hizbulá es fuerte gracias a sus estructuras, su representación parlamentaria, su popularidad y sus instituciones. Es un actor importante en el país, junto con los demás actores. Y seguirá siéndolo", afirmó Qasem en un discurso televisado.

Desplazamientos y reconstrucción

El líder de Hizbulá señaló que la reciente escalada bélica, que afectó gravemente el sur y este del Líbano y los suburbios meridionales de Beirut, conocidos como el Dahye, resultó en el desplazamiento de más de 1,2 millones de personas. "El impacto de estos desplazamientos sigue siendo evidente y ha sido un reto importante", destacó.

Ante esta situación, Qasem anunció el inicio de una fase de "refugio y reconstrucción", en cumplimiento de una promesa hecha por el asesinado líder de Hizbulá, Hasán Nasrala, tras un ataque israelí el pasado 27 de septiembre. Esta iniciativa ha sido denominada Promesa y compromiso.

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Qasem detalló que la mayor parte de los fondos para la reconstrucción y los refugios provendrán de Irán. Además, señaló que durante noviembre, Hizbulá decidió otorgar donaciones económicas de entre 300 y 400 dólares a cada familia desplazada como medida de apoyo inmediato.

Mientras las tensiones continúan y ninguna de las partes parece respetar los acuerdos de alto al fuego, la región sigue enfrentando los efectos devastadores del conflicto.