Un sismo de magnitud 5,7 se registró este jueves en El Salvador, específicamente en la localidad de Nahulingo, a 66 kilómetros al oeste de San Salvador. El movimiento telúrico, con una profundidad de 82 kilómetros, ocurrió pocos días después de que el país experimentara un temblor de 6,3 grados. Según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), no se han reportado víctimas ni daños significativos hasta el momento, y tampoco existe amenaza de tsunami, ya que el epicentro estuvo dentro del territorio salvadoreño.

“Nos hemos enfocado en monitorear la zona circundante al sismo. Aún es temprano para determinar daños concretos, pero estamos trabajando en ello”, indicó Luis Amaya, director de Protección Civil, en declaraciones a los medios.

Aunque el temblor tuvo una magnitud considerable, las autoridades no han confirmado si fue percibido en otros países de Centroamérica. Este evento ocurre en un contexto de reciente actividad sísmica en El Salvador, donde el pasado lunes se registró un sismo de 6,3 grados con epicentro en el océano Pacífico. Aquel temblor dejó al menos 137 réplicas y fue sentido en países vecinos como Guatemala, Honduras y Nicaragua.

El Salvador, situado en una región tectónicamente activa, experimenta regularmente movimientos telúricos, principalmente de origen en el océano Pacífico. Los eventos sísmicos más devastadores en la historia reciente del país ocurrieron en 2001, con dos terremotos de 7,7 y 6,6 grados, que dejaron alrededor de 1.200 muertos y más de 8.000 heridos.

Las autoridades salvadoreñas continúan el monitoreo en las zonas cercanas al epicentro, mientras la población permanece atenta a cualquier eventualidad.